[ 욕망. ]

Parte I

Si tuvieras que pedir un deseo. ¿Cuál sería ese deseo?

Se había despertado temprano por la mañana para salir a correr. Generalmente lo hace porque se siente vivo y con energías durante todo el día.

A cada trote que daba una respiración completa –inhala y exhala— salía de su pecho con un sonido gutural natural y grave.

Se secó el sudor de la frente con el dorso de su mano de manera mecánica mientras miraba concentrado su camino. Por alguna razón el pecho ya le dolía y su respiración había comenzado ser sonora y molesta.

Se detuvo estirándose un poco, cerrando los ojos al tirar la cabeza hacia atrás –mirando el cielo— para poder respirar con la boca.

Soltó un leve gemido de cansancio y suspiró. Las lágrimas habían dejado de caer hace un par de minutos pero, aún dolía el pecho.

Si tuvieras que pedir un deseo, Minho, ¿Cuál sería ese deseo?

Le miró con ojos incrédulos por un momento; no entendía bien a qué se refería con aquella pregunta seguida por aquella cita entre sonrisas: “No es así, mi corazón no es así…”

Sonrió un poco.

-No, esto es sólo la canción que quería cantar.- aclaró Minho.

Onew sonrió cómplice, acercó su rostro más al micrófono y aclaró a los radioescuchas que esto se podía malinterpretar, así como aquella vez en que ocurrió aquel rumor con que Hyung ya tenía una novia.

Minho suspiró luego de dar dos carcajadas de poco ánimo. Bajó la mirada.

-¿Quieres mandarle un mensaje de audio?.- preguntó de pronto JongHyun con un toque de morbosidad en sus palabras.

¿Y para qué un mensaje de audio?

Sonrió otro poco entre tímido y avergonzado por todo aquello. Chasqueó la lengua pensando bien sus palabras y se acercó al micrófono.

-Mi primer rumor y no estaba con una chica, sino más bien una chico.

Para mí, es un gran honor. Sin embargo, debido al rumor, nuestra relación se ha vuelto más cautelosa y recatada. Espero que no sea así más adelante, porque tú eres Mi Hyung más querido, sin embargo, yo estoy siendo insuficiente para ser llamado Tú Dongsaeng. Daré lo mejor de mí, y deseo poder seguir adelante para mantener nuestra relación en el futuro.

Si tuvieras que pedir un deseo, Minho, ¿Cuál sería ese deseo?

Miraba por la ventana de la sala cómo caía la lluvia a gotarrones fuertes y visibles mientras desgajaba su mandarina y se metía un gajo a la boca despreocupado.

Arrugó la nariz por lo levemente ácida que el jugo de ésta estaba pero terminó por saborearla igual.

Sus manos estaban frías y estaba solo en el departamento.

Las instancias en las cuales podía quedarse solo eran bastante pocas, por lo que intentaba de aprovecharlas al máximo una vez que se presentaban.

Miró su mandarina y contó mentalmente los gajos que le quedaban.

Dos.

Los separó con los dedos pulgar e índice lentamente creando una metáfora en su cabeza; una comparación lógica de lo que pasa cuando dos pequeñas partes forman un todo pero que son separadas por fuerza mayor.

Suspiró y volvió a mirar a la ventana desechando aquel pensamiento de su cabeza mientras se metía el penúltimo gajo de mandarina a la boca.

Supo más ácido que el anterior.

Se prometió a él mismo que si las cosas ácidas aparecían en su vida, las dejaría de lado; por lo que volvió a mirar el último trocito entre sus dedos y suspiró profundo, casi pleno.

Terminó por comerse el último gajo y lo saboreó. Extrañamente estaba dulce, apetecible; rico. Sonrió un poco y miró por la ventana otra vez un ápice más contento.

Si salía dulce, iría por él.

¿Ya sabes cuál es tu deseo, Minho?